Mi
hermano el músico
Un
carpintero tenía un hermano que era un músico famoso. Cuando su hermano vino de
visita a la compañía constructora donde trabajaba, el capataz le dijo:
-Debe estar
orgulloso de tener un hermano que el mundo entero conoce por su música.
Luego,
sintiendo que quizá había menospreciado a su empleado, agregó con torpeza:
-Por
supuesto, no todos en la familia pueden tener el mismo talento.
-Usted
tiene razón. Mi hermano no sabe nada acerca de construir una casa. Tiene la
suerte de poder contratar a otros para que le construyan la suya.
El músico
afirmó y agregó:
-Tanto mi
hermano como yo trabajamos con las manos. Yo sostengo un instrumento musical en
las mías y él un martillo en las suyas.
No todos
tenemos el llamado a transitar a través de la vida por los mismos caminos. Si
así fuera, ¡no cabe duda que veríamos muy concurrido nuestro camino!
Booker
T.Washington escribió en el libro Desde la Esclavitud: Hay tanta dignidad en
labrar el campo como en escribir un poema. La dignidad reside en el corazón y
en la actitud del hombre, no en la descripción de su trabajo.
Todo
llamado es grande si se persigue tenazmente.
LA
ROSA Y EL SAPO
Había una
vez una rosa roja muy hermosa y bella. Que maravilla al saber que era la rosa
más bella del jardín. Sin embargo, se
daba cuenta de que la gente la veía de lejos.
Un día se
dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que
era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo
descubierto le ordeno al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente
dijo: Esta bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo paso por donde
estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y
sin pétalos. Le dijo entonces: Vaya que te ves muy mal. ¿Que te paso? La rosa
contesto Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y
nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contesto, Pues claro, cuando yo
estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del
jardín.
Moraleja:
Muchas
veces despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos, mas bellos o
simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para
que este sobrando en este mundo, todos tenemos algo especial que hacer, algo
que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.
No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos
conscientes.
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